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19 noviembre 2009

Nuevos sitios en la red sobre Cortázar y Villoro

Encuentro agradable esta semana en la red con dos escritores latinoamericanos. El primero argentino y el segundo mexicano. Uno es Julio Cortázar. El otro Juan Villloro. Del primero recién ingresó a la maraña de internet una página museo que ofrece una interesante muestra de la biblioteca personal de Julito. Titulo sencillo: Los libros de Cortázar. Este sitio surge de la colaboración entre El Instituto Cervantes y la Fundación Juan March. Mientras que la página dedicada a Juan Villoro corre por cuenta de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.



Los libros de Cortázar se vale de la biblioteca personal del autor de Rayuela, la cual donó Aurora Bernárdez -viuda de Julio- a la Fundación Juan March. Se incluyen imágenes de libros del propio Cortázar, de sus autores preferidos, de sus amigos... billetes del metro, boletos de entrada a museos, flores prensadas, entre otras nimiedades que el Cronopio mayor depositaba entre las páginas de sus libros. Algunos "escribidores" hondureños temerosos de que su nombre se diluya en el olvido ya estarán pensando en meter entre las páginas de sus libros cualquier tontería... Bueno, la cuestión es que pasarán un momento grato con este recorrido por Los libros de Cortázar. La muestra virtual destaca que Julio dejaba huella en los textos que leía, era un incansable buscador de erratas: no importa si era Lezama Lima o Pablo Neruda, ambos amigos de Cortázar. Hay un apartado dedicado a la escritora Alejandra Pizarnik. Jesús Marchamalo, encargado de los comentarios del sitio, dice que son "algunas de las dedicatorias más conmomedoras que se conservan en la biblioteca" de Julio Denis. Casi al final, aparece la interesante historia de El tango de la vuelta.



La página de Juan Villoro seguro será un sitio que irá creciendo, pero ya contiene una serie de documentos -escritos y visuales- de y sobre este importante autor mexicano. José Carlos Rovira en la introducción escribe:

Ante la obra de Juan Villoro, nos podemos plantear en primer lugar qué hace que su literatura pueda considerarse sin duda como diferenciada, es decir, como inhabitual en el panorama de la escritura actual de México, al menos de la que determinadas operaciones de marketing han intentado presentar como la más vigente. Villoro no es por ejemplo un autor del llamado «crack», con su comercial postmodernismo, apoliticismo y distancia de la realidad, ni coincide con los presupuestos estéticos y mercantiles de estos autores, y ello resulta, por el cansancio inevitable que generalmente éstos crean, una carta de presentación muy atractiva.

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